Una parada en el camino

Una parada en el camino

Archivos mensuales: junio 2011

La noria en la que vivimos

La noria en la que vivimosHoy he soñado que era una pluma. Una plumita pequeña y blanca como las que hay dentro de las almohadas de plumas. Me escapaba por la ventaba y echaba a volar, dejándome llevar por el viento. Entonces empecé a observar y a fijarme en todo lo que había debajo. La gran ciudad, todo lleno de edificios de todos los tamaños, y ventanas iluminadas a través de las cuales se observan vidas diferentes. Una chica joven estudiando en su habitación para los exámenes finales, una madre preparando la cena para su familia, una pareja discutiendo, un ejecutivo soltero y rico descansando en el sofá, un anciano mirando a través del cristal. Mil historias, todas diferentes, todas especiales, en medio de una gran noria que no deja de girar, donde cada uno intenta seguir con su vida ajeno a todo lo que les envuelve, hay demasiadas cosas malas, ruido, tráfico, polución, rayos ultravioleta…ni el aire que respiran es inocuo…decidí alejarme de allí y volar con el viento hacia la costa. Ya estaba amaneciendo. Llegué a otra ciudad, pequeña, un pueblo quizás, con un montón de casitas pequeñas y apiladas junto al mar brillante de la mañana. Un puerto, muchos barcos y personas paseando, por las calles, por la playa…furgonetas de reparto dejan la mercancía en los establecimientos de las estrechas calles, barrenderos que dejan todo a punto. Es la misma noria, pero distinto asiento. Sigo dejándome llevar por el viento en otra dirección. De repente todo es verde, enormes montañas pobladas de árboles de diferentes especies, lagos, senderos y prados enormes. Pocas casas, todas solas, una aquí, otra allá…en ellas personas tranquilas, una mujer está bañando a su hija en una bañera con muchísima espuma, un hombre joven saca la basura, varios niños juegan en la tierra mientras un grupo de mujeres de avanzada edad les miran en silencio y descansan sentadas en una piedra enorme. Sigue siendo la misma noria…aunque parezca diferente.

Desde aquí arriba se ve perfectamente, no se puede salir de la noria, todo está engranado y gira en una velocidad constante y sin parar. Sólo se puede elegir asiento, eso sí. Unos parecen más felices que otros, pero los que parecen más felices, lo seguirían siendo en cualquier asiento, todo les parece bien. Los que parecen más tristes, lo seguirían siendo en cualquier asiento, nada les parece bien. Todos se mezclan, van y vienen, hablan, ríen, lloran, comen, juegan, duermen, trabajan, sueñan, viajan, aman, sufren y aprenden. Todos. Da igual dónde estén, con quién, o de qué manera, porque la noria nunca deja de girar, y al final del trayecto, ¡todos terminan en el mismo sitio! Qué curioso…ojalá pudiera decirles desde aquí arriba que no hay de qué preocuparse, que no malgasten el viaje en llorar o sufrir, que pueden elegir asiento, pueden reír y pueden disfrutar porque no hay muchas opciones más…

Cuando he despertado de mi sueño me he sentido tranquila, y he sonreído porque a veces los sueños revelan cosas sorprendentes, y sé que al menos durante el día de hoy, no habrá nada que me haga sufrir.

 

Sandra Bueno